Las personas más sanas no van al gimnasio.
Estar sano física y mentalmente tiene poco que ver con levantar pesas y correr sobre una cinta. Más aún si todo ese esfuerzo es una forma de evadirse de una rutina estresante, con poco descanso y menos sueño.
¿Cómo viven las personas sanas y longevas?
Desde luego, no así. Los datos sobre esperanza de vida apuntan a que en los lugares con más calidad de vida no hay muchos más gimnasios, ni se pasan la vida en maratones.
Una vida sana tiene más que ver con una vida activa, poco sedentaria, en la que se camina con frecuencia. Se nos ha olvidado o se nos ha pasado por alto la virtud de los esfuerzos razonables en las tareas cotidianas. Ir andando al trabajo, cuidar del jardín si se tiene la suerte de tener un poco de terreno, ir al mercado o desplazarse por la ciudad a pie.
Para los amantes de la adrenalina y las descargas de endorfinas, el mero hecho de andar puede que resulte insípido. Sin embargo, es lo que más salud reporta a tu organismo, ya que no tiene ninguna contraindicación a medio y largo plazo. Todo son ventajas, hoy y mañana.
El 90% de los trabajos son sedentarios. Invitan a pasarse muchas horas sentado (y mirando una pantalla). Por eso debemos ser creativos para añadir movimiento a nuestra vida. La excusa de que no tienes tiempo es sólo eso: una excusa.
¿Cuál es el plan?
El plan es reconvertir actividades y crear nuevas rutinas. Esto, por supuesto depende de dónde vives, de tu horario de trabajo… Se trata de identificar qué esfuerzos te estás ahorrando, que en realidad son una trampa.
Sube las escaleras a pie, levántate de la mesa para hablar con tus compañeros en lugar de enviar ese correo inútil, aprovecha que sale el sol para descansar en movimiento. Y si sales por la noche, y es cerca de casa, hacerlo andando es una buena opción. Salvo bajo la lluvia o un sol de justicia, andar es siempre agradable.
Si los paseos largos no son lo tuyo, no importa. Haz más paseos cortos, de cinco o diez minutos. Son más fáciles de encajar.
Pero hay más. Un estudio reciente de la Sociedad América sobre Cáncer muestra que las personas que andan seis horas a la semana reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer. Incluso, andar sólo dos horas reduce el riesgo de enfermedades y alarga la vida.
Andar es además una excelente medicina para la mente. Te relaja, te ofrece la oportunidad de reflexionar y reduce el riesgo de demencia.
Nuestros cuerpos están diseñados para funcionar bien en movimiento, un movimiento sencillo, natural y de alto impacto.
¡Anda ya!