anda ya

¡Anda ya!

Las personas más sanas no van al gimnasio.

Estar sano física y mentalmente tiene poco que ver con levantar pesas y correr sobre una cinta. Más aún si todo ese esfuerzo es una forma de evadirse de una rutina estresante, con poco descanso y menos sueño.

¿Cómo viven las personas sanas y longevas?

Desde luego, no así. Los datos sobre esperanza de vida apuntan a que en los lugares con más calidad de vida no hay muchos más gimnasios, ni se pasan la vida en maratones.

Una vida sana tiene más que ver con una vida activa, poco sedentaria, en la que se camina con frecuencia. Se nos ha olvidado o se nos ha pasado por alto la virtud de los esfuerzos razonables en las tareas cotidianas. Ir andando al trabajo, cuidar del jardín si se tiene la suerte de tener un poco de terreno, ir al mercado o desplazarse por la ciudad a pie.

Para los amantes de la adrenalina y las descargas de endorfinas, el mero hecho de andar puede que resulte insípido. Sin embargo, es lo que más salud reporta a tu organismo, ya que no tiene ninguna contraindicación a medio y largo plazo. Todo son ventajas, hoy y mañana.

El 90% de los trabajos son sedentarios. Invitan a pasarse muchas horas sentado (y mirando una pantalla). Por eso debemos ser creativos para añadir movimiento a nuestra vida. La excusa de que no tienes tiempo es sólo eso: una excusa.

¿Cuál es el plan?

Photo by Zack Minor on Unsplash

El plan es reconvertir actividades y crear nuevas rutinas. Esto, por supuesto depende de dónde vives, de tu horario de trabajo… Se trata de identificar qué esfuerzos te estás ahorrando, que en realidad son una trampa.

Sube las escaleras a pie, levántate de la mesa para hablar con tus compañeros en lugar de enviar ese correo inútil, aprovecha que sale el sol para descansar en movimiento. Y si sales por la noche, y es cerca de casa, hacerlo andando es una buena opción. Salvo bajo la lluvia o un sol de justicia, andar es siempre agradable.

Si los paseos largos no son lo tuyo, no importa. Haz más paseos cortos, de cinco o diez minutos. Son más fáciles de encajar.

Pero hay más. Un estudio reciente de la Sociedad América sobre Cáncer muestra que las personas que andan seis horas a la semana reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer. Incluso, andar sólo dos horas reduce el riesgo de enfermedades y alarga la vida.

Andar es además una excelente medicina para la mente. Te relaja, te ofrece la oportunidad de reflexionar y reduce el riesgo de demencia.

Nuestros cuerpos están diseñados para funcionar bien en movimiento, un movimiento sencillo, natural y de alto impacto.

¡Anda ya!

corredor en escaleras

#8 consejos para preparar carreras de larga duración sin lesiones

¿Estás pensando correr una maratón? ¿media? ¿una carrera organizada por tu empresa, tu barrio…? Enhorabuena por la decisión pero ahora debes empezar a prepararte para que el deporte sea salud y no lesión.

#1 – Aumenta un 10 % a la semana

Una carrera de larga duración merece un buen plan de entrenamiento. Planifica la preparación con tiempo y empieza con una distancia que te resulte cómoda para ir aumentando cada semana. Para entrenar sin riesgos de lesión, cada semana deberías aumentar la distancia no más de un 10%. Con este dato te será más sencillo planificar tu preparación.

#2 – 10 minutos antes y después

El calentamiento y la entrada en reposo son momentos delicados y esenciales para evitar lesiones. Tanto antes como después de correr debemos caminar y trotar para estirar la musculatura. El riesgo de roturas fibrilares aumenta si no cuidamos ambos momentos.

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#3 – 2 horas después de comer

Todos queremos aprovechar al máximo nuestro tiempo por eso a veces, el hueco del mediodía nos parece un buen momento para convertir la pausa de la comida en un momento para practicar ejercicio. Si este es tu caso, hazlo antes de comer o bien, espera al menos dos horas tras las comidas. Correr después de comer, sin respetar esta pausa, afectará a tu rendimiento: el organismo está ocupado haciendo la digestión y no hay que pedirle otros esfuerzos.

#4 – 2 días de descanso

Si al correr sientes molestias que se repiten durante dos días, deja de entrenar durante otros dos días. Si posteriormente, el dolor o la molestia persisten, no lo dudes, debes acudir al médico y no forzar el cuerpo.

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#5 – Alimentación

Rendimiento y recuperación también están ligados a la alimentación. Los días previos a una carrera aumentaremos la cantidad de hidratos de carbono en nuestra dieta. Eso nos servirá para conseguir un aporte extra de energía durante la competición que nos ayudará a rendir más.

Después de la carrera, entre los 30 y los 60 minutos posteriores, tomaremos hidratos de carbono y proteínas para recuperar el desgaste sufrido.

#6 – Sin experimentos

Ni antes, ni durante una carrera es aconsejable probar alimentos nuevos, así como cualquier sustancia o complemento que no hayamos consumido antes, por mucho que nos aseguren sus propiedades beneficiosas. Un alimento desconocido puede sentarnos mal y jugarnos una mala pasada durante la competición.

#7 – En la variedad está… el músculo

Si quieres evitar lesiones y fortalecer tu cuerpo corriendo busca la variedad y alterna la carrera con otros deportes. Los corredores que sólo entrenan corriendo son más proclives a lesiones. Bici o natación,  junto a otros deportes con poco impacto ayudan a desarrollar los músculos que se emplean en la carrera.

Alterna también tu forma de entrenar de modo que si un día haces un entrenamiento intensivo, al día siguiente lo ideal sería una carrera sencilla –más corta o sin cuestas – o incluso hacer otro tipo de ejercicio.

#8 – Mantén el ritmo

En las carreras de larga duración es muy recomendable mantener un ritmo constante. Los cambios de ritmo ocasionan fatiga, disminuyen el rendimiento y exponen a nuestro cuerpo al riesgo de las lesiones.

Así que ya sabes… preparados, listos y ya 😉